Las Huertas Protegidas (HP) son grandes predios cerrados perimetralmente, parcelados y tecnológicamente acondicionados donde cada familia trabaja su propio sector produciendo sus propios alimentos. Con responsabilidades y beneficios individuales, compartiendo a la vez espacios comunes de trabajo y capacitación, desde el abordaje grupal.
Es un espacio común de producción asociada en donde las familias productoras desarrollan cultivos intensivos con manejo ecológico; por ejemplo: hortícolas, frutícolas, aromáticas, medicinales, forestales, de hongos. El destino de los mismos es, en primer lugar, el autoconsumo, y en segundo lugar, la producción de un excedente destinado a la venta o intercambio económico.
Poseen riego por goteo, sectores de aprendizaje, macrotúneles de uso compartido, composteras, aréas de descanso, encuentro y recreación (materas, hornos de barro, etc.).
Constituyen un lugar de referencia para el barrio y otros vecinos en producción.
Sus objetivos inmediatos son:
- La producción local de agroalimentos frescos y sanos, tanto para autoconsumo como para formas primarias de comercialización.
- El enriquecimiento nutricional de las dietas familiares y el fortalecimiento de las economías domésticas.
- Constituirse como un espacio social, tecnológico y educativo orientado a la producción de alimentos.
- El cuidado de la salud tanto humana como ambiental, conforme a prácticas agroecológicas y biodinámicas, libres de pesticidas y productos agrotóxicos.
- La formación de nuevos emprendedores.
- Generar alternativas de desarrollo económico para las diferentes regiones neuquinas teniendo como horizonte la soberanía alimentaria.
- Promover el desarrollo comunitario.
- Convertirse en un sitio de referencia del barrio.
Entre todas las posibilidades que el PRODA ofrece, desarrolla y sostiene, la HP reúne una serie de características que le dan su propio estatus de importancia:
- La dimensión social que comprende, en tanto espacios de socialización o de vinculación social.
- Como espacios de bienestar y como tales saludables.
- Por su importancia como espacio de capacitación en producción agroalimentaria.
- Como espacio de trabajo organizado, colaborativo, comunitario, de vinculación con la tierra.
- Por constituirse y ser reconocidos como lugares de referencia en los barrios.
- En la medida en que se convierten en unidades de producción agroalimentaria urbana y periurbana.
El carácter de espacios Protegidos se da en múltiples aspectos:
En materia ambiental: generando y cuidando las condiciones ambientales que hacen posible un espacio verde en plena meseta patagónica.
En el sentido productivo, promoviendo técnicas hortícolas biointensivas que evitan el uso de agrotóxicos, llevando adelante procesos agroecológicos sostenibles.
Protegido en materia social, ya que se preserva un espacio de producción de alimentos y por extensión, de ayuda a las economías domésticas y de alimentación sana; y por otra parte de disfrute y de encuentro de saberes y producción de conocimientos.
Son lugares protegidos, pero no cerrados. Espacios abiertos a la comunidad y al contexto en el que se encuentran. Cada huerta tiene su propio radio de acción, de influencia, que abarca otros vecinos vinculados a estos espacios productivos, a organizaciones de la comunidad e instituciones del estado y privadas, en la medida en que se acercan para capacitarse, para orientarse en la producción hortícola domiciliaria, para intercambiar experiencias, generar lazos sociales, articular en el trabajo territorial, etc.
Así, cada familia tiene su lugar para conectarse con la tierra y producir alimentos sanos, y cada Huerta Protegida se convierte en un espacio en común, en donde todos los días se comparten esfuerzos, conocimientos, esperanzas y el compromiso por cambiar la realidad.
